La innovación tecnológica puede ser definida como un proceso sistemático y creativo de búsqueda, reconocimiento e implantación de una nueva tecnología que represente una oportunidad de negocio al mejorar la eficiencia de las funciones de una determinada empresa; mientras que un proceso innovador, es aquel que hace que ocasiona una reducción de costos, de tiempos de ejecución, y/o que genera una mejora en la calidad del producto, suscitando eficiencia en términos de los recursos empleados.
En países con mayor desarrollo tecnológico, el incremento de la competitividad dentro de la industria de la construcción, con la consecuente reducción de los márgenes de ganancia, ha impulsado a las empresas constructoras a buscar nuevas fuentes para mejorar su competitividad frente a sus competidoras, optando, muchas de estas, a modernizarse tecnológicamente a través de, por ejemplo, la combinación de sus métodos constructivos, materiales y equipos, personal, procesos constructivos y las interrelaciones entre estos elementos.
Comparar a la evolución de la innovación en el sector de la construcción con el industrial, en donde las innovaciones se consolidan a mayor velocidad, sería un equívoco dadas algunas particularidades de la construcción que hacen que sea más lenta y complicada la gestación y aplicación de grandes innovaciones. Sin embargo. en México, al igual que como ocurre en otras latitudes de América Latina y en comparación con el nivel de desarrollo de la construcción en otros países, la industria de la construcción se encuentra rezagada con respecto tanto al nivel tecnológico que se ha alcanzado en otros sectores de la industria, como en la investigación en productos y técnicas de construcción. En el sector nacional de la construcción, el que la propagación de nuevas tecnologías o la asimilación de desarrollos tecnológicos existentes que, en su momento, resultaron innovadores, ha sido tradicionalmente un proceso lento y limitado cuyo resultado es que esta industria sea de bajo nivel de sofisticación y muy dependiente de la mano de obra.
Entre los factores que influyen en la resistencia al desarrollo y la adopción de avances tecnológicos en la industria de la construcción, podemos enumerar principalmente tres elementos: Primero, que las empresas constructoras son altamente conservadoras y adversas al riesgo; segundo, la falta de estímulos que tienen para mejorar sus procesos, pues la rentabilidad que ya obtienen las tiene satisfechas; y tercero, que las empresas con las que compiten, comparten las primeras dos características. Estos tres factores, que se presentan en un sector muy fragmentado, que está conformado por muchas empresas muy pequeñas, generan una inercia de la industria de la construcción que fundamenta su resistencia al desarrollo e innovación tecnológica. A la fecha, son pocas las empresas de construcción las que perciben a las innovaciones tecnológicas como oportunidades para generar negocios y mejorar la rentabilidad de los que ya tienen.
Así, existen diversos elementos y circunstancias que orillan cada vez más a empresas con procesos tradicionales a, en palabras de Mario Borghino, innovar o morir, para poder competir y sobrevivir en mercados saturados. Entre estos elementos podemos encontrar, sin duda, la participación en el mercado nacional de empresas extranjeras que incorporan en sus procesos elementos tecnológicos innovadores de los que carecen las nacionales y que, incluso, dentro de su organización, cuentan con áreas orientadas exclusivamente a detectar, analizar e incorporar estos elementos en sus procesos.
El Colegio de Ingenieros Civiles de México, convencido de que la innovación y el desarrollo tecnológico en las empresas de construcción puede convertirse en la principal o única herramienta para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo y en aras de evitar que los ingenieros civiles y las empresas constructoras mexicanas pierdan competitividad por las razones enumeradas, a través del recientemente creado Comité de Tecnología , busca promover la innovación tecnológica en la industria de la construcción, mediante la incorporación de la filosofía de la innovación entre profesionales, empresarios y estudiantes relacionados con la industria de la construcción, con la finalidad de que, al identificar desarrollos tecnológicos, las empresas puedan generar márgenes competitivos y puedan diferenciarse rápidamente de su competencia mediante el desarrollo y la incorporación de estas tecnologías, pues el enfoque de la innovación debe ir más allá del enfoque puramente tecnológico, ya que su efecto impacta, necesariamente, en oportunidades de negocio para la empresa constructora.
Mauricio Jessurun Solomou
Vicepresidente de Tecnologías Para la Infraestructura del CICM
Carlos A. Herrera Anda
Segundo Secretario Propietario del CICM